Es una intervención muy demandada por mujeres de todas las edades para dar solución a sus problemas más íntimos. La cirugía trata de embellecer los labios menores, pero también, hacer que la mujer se sienta más cómoda con su cuerpo, tener más confianza en una misma, tratar las molestias y obtener un mayor placer sexual.
El aumento del tamaño o asimetría de los labios menores es una causa frecuente de consulta. Hay que apuntar que no existe un sistema de clasificación para definir cuando unos labios tienen un tamaño fuera de lo normal, y es la percepción de las pacientes las que lo definen como normal o anormal.
La hipertrofia o agrandamiento excesivo de los labios menores pude deberse a muchos factores entre los que destacan:
- Genéticos
- Hormonales
- Partos
- Irritación por coito
- Inflamación por dermatitis
- Incontinencia urinaria
- Piercing genital
- Infecciones
- Tumores
Los problemas, más allá de los estéticos, pueden ser irritación local, dificultad en la higiene genital, incomodidad al caminar, molestias durante el coito, dificultad en el uso de ropa ajustada…
Existen numerosas técnicas quirúrgicas para la corrección estética pero, independientemente de la técnica, la cirugía se basa en incisiones no visibles, preservación de los labios y conservación de la funcionalidad.

El procedimiento es sencillo, se utiliza anestesia local. La duración oscila según cada caso entre 30 y 40 minutos. Se comienza con una incisión para eliminar tanto la mucosa y sustancias que componen el exceso de volumen como la piel sobrante, posteriormente el cirujano procede a cerrar la incisión. Requiere de postoperatorio, pero tiene una ventaja, y es que no es necesaria la hospitalización tras la intervención. La mujer vuelve a casa el mismo día de la operación y es recomendable que guarde reposo durante las 24 o 48 horas.
Habitualmente tras la labioplastia, las mujeres se reincorporan a su vida laboral en un periodo de una semana, aunque se recomienda no tener relaciones sexuales antes de 4 o 5 semanas.