¿QUÉ ES?
El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa corporal que puede ser perjudicial para la salud. Se considera una enfermedad crónica prevenible caracterizada por la acumulación excesiva o hipertrofia general del tejido adiposo en el cuerpo.
CAUSAS
La causa fundamental del sobrepeso y la obesidad es un desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas que generalmente se produce por el aumento en la ingesta de alimentos hipercalóricos que son ricos en grasa, sal y azúcares pero pobres en vitaminas, minerales y otros micronutrientes; y el descenso en la actividad física como resultado de la naturaleza cada vez más sedentaria de nuestras vidas.
También se incluyen factores tales como la herencia genética; el comportamiento del sistema nervioso, endocrino y metabólico. La menopausia también es un factor importante, pues en algunas mujeres produce cambios en la distribución de la grasa corporal y en la oxidación del tejido adiposo.
TIPOS
Según el origen de la obesidad, esta se clasifica en los siguientes tipos:
- Obesidad exógena: La obesidad debida a un régimen alimenticio inadecuado en conjunción con una escasa actividad física.
- Obesidad endógena: La que tiene por causa alteraciones metabólicas. Dentro de las causas endógenas, se habla de obesidad endocrina cuando está provocada por disfunción de alguna glándula endocrina, como la tiroides o por deficiencia de hormonas sexuales como es el caso de la obesidad gonadal.
La obesidad es un importante factor de riesgo de:
- enfermedades cardiovasculares, principalmente cardiopatía y accidente cerebrovascular
- diabetes
- trastornos del aparato locomotor
- dificultades respiratorias
- hipertensión
- enfermedades gastrointestinales
- problemas sexuales
- alteraciones del sueño
- trastornos psicológicos como la depresión o la baja autoestima
- alteraciones en la piel como estrías, celulitis, forúnculos, linfedema…
- algunos cánceres como el de endometrio, mama y colon
DIAGNÓSTICO
El índice de masa corporal (IMC) es un indicador simple de la relación entre el peso y la altura que se utiliza frecuentemente para identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos. Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2):
- Un IMC igual o superior a 25 determina sobrepeso
- Un IMC igual o superior a 30 determina obesidad
La circunferencia de cintura absoluta (>102 cm en hombres y >88 cm en mujeres) o el índice cintura-cadera (>0,9 para hombres y >0,85 para mujeres) son usados como medidas de obesidad central.
Una vía alternativa para determinar la obesidad es medir el porcentaje de grasa corporal. Los médicos generalmente están de acuerdo en que un hombre con más del 25 % de grasa corporal y una mujer con más de 30 % de grasa corporal son obesos.
La mejor forma de tratar la enfermedad es previniéndola, identificando precozmente a los pacientes, en los que a partir de los 20-25 años, comienzan a cambiar el peso. Los médicos consideran que el obeso debe ser considerado como un enfermo crónico que requiere un tratamiento a largo plazo, con normas alimentarias, modificación de los hábitos de conducta, ejercicio físico, terapia farmacológica y cirugía.
Dieta: el tratamiento dietético de la obesidad se basa en reducir la ingesta de calorías paulatinamente, a lo largo de 6 meses como mínimo. Las dietas deben ser personalizadas para cada caso de obesidad, según las características físicas, médicas y psicológicas del paciente.
Ejercicio: se recomiendan ejercicios anaeróbicos para bajar de peso, ya que el organismo consume las reservas de grasas para convertirla en energía. Correr, caminar o montar en bicicleta son algunas de las formas más efectivas de reducir grasa. Es importante realizar ejercicios de tonificación cuando el peso ya está estabilizado.
Medicamentos: El tratamiento farmacológico de la obesidad tiene un papel coadyuvante y normalmente se justifica en pacientes con un IMC igual o mayor a 30 Kg/m2 o en pacientes con factores de riesgo.
Cirugía: la cirugía bariátrica o cirugía para pérdida de peso es el conjunto de las intervenciones quirúrgicas usadas en el tratamiento de la obesidad. La propuesta más común es la reducción de volumen del estómago, produciendo así una sensación de saciedad temprana y la reducción de la ingesta de alimentos. Los beneficios se mantienen a largo plazo.
Tratamiento psicológico: se busca modificar las conductas alimentarias basándose en la hipótesis de que toda conducta es aprendida y, por tanto, es modificable. Se intenta identificar, intervenir y cambiar las circunstancias y situaciones que mantienen una conducta inadaptada y que impulsan a comer descontroladamente.
Tratamientos estéticos complementarios: Existen múltiples tratamientos que habitualmente acompañan a las dietas y el ejercicio. La cirugía para eliminar grasa extra o piel sobrante suele realizarse cuando el peso del paciente ya está estabilizado. También son comunes los tratamientos menos invasivos como la mesoterapia y los ultrasonidos, que tienen un efecto reductor de la grasa localizada ayudando a eliminarla de las zonas resistentes a la dieta de forma rápida y duradera.